Las persianas acumulan mucha suciedad y no se suelen limpiar con toda la frecuencia con la que deberían. Las persianas se manchan con el día a día como consecuencia de algunos elementos que provienen del interior de una vivienda o local, pero sobre todo debido a los agentes que provienen del exterior de éstos, es decir, de la calle.
Por higiene y cuestiones de salubridad, hay que limpiar una persiana periódicamente; para ello he aquí una serie de consejos que indican cómo limpiar una persiana.
Para explicar claramente cómo limpiar una persiana, antes conviene dividirla en tres zonas.
Una persiana limpia es una señal inequívoca de una vivienda pulcra. La apariencia que brinda es muy positiva desde el primer instante. Además, por cuestiones de salubridad y de higiene, por ejemplo para evitar infecciones o problemas respiratorios, hay que limpiar cada persiana de manera regular y siguiendo una serie de pautas. Se recomienda realizar una limpieza general al menos cada 15 días y una en profundidad cada 6 meses.
Como norma general basta con agua y jabón, pero para limpiar una persiana se recomienda tener en cuenta el material del que está fabricada:
Se recomienda siempre limpiar lama por lama. Dicho proceso hay que repetirlo todas las veces que fuese necesario y llevarlo a cabo tanto por la parte anterior como por la parte posterior. La parte interior de la persiana se puede limpiar fácilmente si ésta se baja por completo, la exterior es más complicada y hay que llevarla a cabo con mucho cuidado para no caerse. No merece la pena poner en peligro tu vida por limpiar una persiana, así que para minimizar riesgos se recomienda utilizar un cepillo atrapa polvo o un alargador que ayude a prolongar la longitud del brazo.
Y para limpiar una persiana a nivel general, pero sobre todo la caja o tambor, se recomienda utilizar una aspiradora. De este modo no solo puedes llegar a zonas más difíciles de acceder que con una simple bayeta, sino que además puedes realizar una función diferente con el aspirado. Y no nos olvidamos de la correa: puedes limpiarla con una esponja húmeda y un poco de jabón, frotando especialmente en la cinta. En cuanto al cajetín, además de usar un producto de limpieza adecuado y agua, puedes recurrir a una aspiradora para profundizar en su interior y absorber los restos de suciedad atrapados.
No obstante, para limpiar una persiana de manera exhaustiva, se recomienda desmontarla. Para llevar a cabo este proceso:
La diferencia que brinda este método para limpiar una persiana respecto al anterior reside en un lavabo más a fondo, porque no se descuida ningún punto de la misma.
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