Las persianas son un elemento muy común en los hogares de muchos países, especialmente de aquellos más soleados, como por ejemplo los del sur de Europa o los del norte de África. La función principal de las persianas consiste en regular la cantidad de luz solar que entre en una sala determinada y en un momento concreto del día.
No obstante, además se pueden extraer otra serie de beneficios de las persianas de manera indirecta, como por ejemplo el ahorro energético. Las persianas pueden ayudarte a reducir el consumo de electricidad y, por tanto, a fomentar el ahorro energético en tu vivienda.
El motivo principal reside en que las persianas actúan como aislante térmico. Su función protectora impide que se escape la temperatura que hay en el interior de una sala. Para verlo más claro, en invierno se suele encender la calefacción de los hogares, sin embargo el calor acumulado tiende a buscar fugas para escapar y una de las más importantes son las ventanas. Si el calor se escapa, el frío entra, es una ley física; por tanto la clave está en bloquear ese intercambio térmico para conseguir un ahorro energético y no malgastar el consumo de calefacción ya generado. ¿Qué sentido tiene que una caldera esté funcionando constantemente si el calor generado se va a escapar?
Las persianas se convierten en un elemento muy importante para lograr el ahorro energético. Las persianas que instales en las ventanas cumplen una función aislante que impiden dicho intercambio térmico y, en función del material con las que estén fabricadas, lo harán con mayor o menor efectividad. Tanto si llueve, nieva, hiela o sopla el viento con fuerza, el frío del exterior lo tendrá más difícil para entrar en la vivienda porque las persianas actúan como escudo protector. Ergo, el calor no se escapará. Esto supone un importante ahorro energético ya que si quieres mantener la casa a una temperatura concreta, la caldera no tendrá una sobrecarga de trabajo ni generará un consumo adicional; es decir, que todo ello se traducirá en un ahorro energético.
Pero algo similar a lo que ocurre en invierno también sucede en verano, aunque en esta ocasión con el frío. Durante el periodo estival se tiende a mantener los hogares frescos para combatir las altas temperaturas, por tanto se encienden muchos ventiladores y se conecta el aire acondicionado. Todo esto tiene un coste económico importante debido al consumo eléctrico, por tanto, y para no desperdiciar la temperatura acumulada, la clave del ahorro energético pasa por conservar el frescor. En este punto volveríamos a hablar del aislamiento, algo que se consigue gracias a las persianas que no dejan que el frío del interior de la vivienda se escape para dar paso al calor que hay en la calle.
Diversos estudios indican que con las persianas se puede conseguir un ahorro energético de entre un 30 y un 50%, una cifra nada desdeñable que se traduce en una importante cantidad de dinero a final de cada año. Este valor varía en función de diversos factores; como por ejemplo el grosor de las lamas, cuanto más gruesas sean las persianas, cumplirán una función aislante mayor. Además, dependiendo del material con el que estén fabricadas las persianas serán más o menos efectivas; hoy en día, las persianas de aluminio son el mejor aislante que existe actualmente en el mercado. Tampoco hay que menospreciar el cajón de la persiana, ya que este puede ser otro punto de escape térmico a menos que esté bien aislado.
Además, las persianas te permiten regular la intensidad de luz. En lugar de comprar y encender una lámpara con este regulador especial para poner más o menos potencia, puedes aprovechar los recursos naturales como la luz solar. Efectivamente, estamos hablando de las persianas venecianas. Si quieres mucha luz, basta con subir la persiana por completo (es decir, que no habría una gran diferencia respecto a no tener persiana), pero si necesitas poca intensidad lo que puedes hacer es bajarla. No lo hagas por completo, sino que basta con que dejes un hueco para permitir la entrada de luz. De este modo, puedes elegir la cantidad de luz que quieres en cada momento sin tener que depender de las lámparas modernas que regulan la intensidad de cada bombilla. Esto, además de ser más beneficioso para los ojos porque estaríamos hablando de luz natural en lugar de luz artificial, supone un consumo energético menor; es decir un ahorro energético que notarás en tu factura eléctrica.
También existen en el mercado unas persianas con un tipo especial de lamas que se pueden voltear para dejar pasar la luz entre una lama y otra. Esto permite elegir la cantidad y la intensidad de luz de una estancia al tiempo que repartirla mejor a lo largo de la misma. Por tanto, es otra manera más de regular la intensidad de luz sin tener que recurrir al consumo energético artificial y generando, por ende, un ahorro energético importante para cada hogar.
Disponemos de instaladores especializados en cada producto por lo que podrás tener una atención personalizada para tí.
Llama ahora y te antenderemos en el momento. Disponemos de un servicio de atención permanente para que puedas solucionar tus problemas lo más rapidamente posible. Llama ahora.
606 459 568